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Fátima Diame (Valencia, 1996) sabe que cualquier día saldrá ese salto de longitud de 7 metros que tiene en las piernas, incluso ese de 7,06 metros que le quitaría el récord de España del Mundial de Sevilla 1999 a Niurka Montalvo, su referente cuando empezaba en el atletismo. Ojalá sea en la final de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde llegará con la confianza por las nubes tras lograr una medalla de bronce en el Mundial de pista cubierta de Glasgow el pasado marzo, su primer gran podio, uno que sirvió para confirmar el cambio de actitud de una atleta que ahora sabe lo que es lidiar con la presión del deporte de élite y superar las expectativas.
¿Cómo se viven los meses previos a unos Juegos Olímpicos?
Es un año diferente. Te preparas para un Mundial o para un Europeo, pero cuando oyes la palabra Olimpiadas se te eriza la piel. Para Tokio, los entrenamientos y la mentalidad eran totalmente diferentes a los de ahora. He cambiado de entrenador y de vida. Iván [Pedroso, su entrenador] te lo hace ver de una manera que no te genera el estrés que yo me generaba cuando estaba en Valencia. Después de la medalla de bronce en [el Mundial de] Glasgow me ha cambiado totalmente la mentalidad.
¿Cómo es tu rutina normal de deportista?
Tenemos horario cubano y entrenamos tarde. Me levanto, desayuno, veo las noticias, me preparo, vamos a entrenar, y a las 3 vamos a casa a comer. Quizá por la tarde quedamos los del grupo o te quedas en casa, cenamos y a la cama, porque al día siguiente es la misma rutina. Con Iván siempre hacemos una sola sesión larga. Él es más de calidad que de cantidad.
¿Qué significan para ti los Juegos Olímpicos?
Es lo más top a lo que puede llegar un deportista, es un sueño. Tokio fueron unos Juegos Olímpicos extraños porque no podíamos salir de la villa ni ver la ciudad. París van a ser mis primeros Juegos como tales y tiene que ser emocionante y gratificante a la vez. ¿Cuál es tu primer recuerdo de unos Juegos Olímpicos? Empecé en atletismo desde pequeña porque era una extraescolar, pero no viví el deporte desde tan pequeña y desde tan dentro. Recuerdo hablar con Rafa [Blanquer, su anterior entrenador] de algunos Juegos. Él estuvo en Montreal 76 y me contaba historias. Y también con Concha [Montaner] de Río. No vi unos Juegos en televisión hasta Río.
¿Y en ese momento soñabas con llegar a unos Juegos?
En aquel momento me gustaba el atletismo, lo disfrutaba mucho, pero no llegué a tener ese pensamiento de ir a unos Juegos Olímpicos. Lo hacía porque me gustaba, lo disfrutaba, era una extraescolar: estaba un rato con mis amigos y me iba a casa.
¿Qué significado tiene para ti You Got This, el lema que empuja a los deportistas de adidas?
Significa competir para saber dónde están mis límites. Cuando compito ahora siempre me digo: “No son mejores que tú, tú eres mejor que ellas”. Y si es un campeonato, me digo: 'Esta medalla es tuya, lo has luchado y ese esfuerzo no será en vano'. Eso me dije en Glasgow.
Nombre: Fátima Diame
Edad: 27 años (1996)
Lugar de nacimiento: Valencia
Deporte: Atletismo
Prueba: Sistema de competición
Palmarés: Bronce mundial en pista cubierta en Glasgow 2024, 6ª en el Mundial de Budapest 2023.
Cuándo compite: iquest;Cómo es tu rutina normal de deportista.
Sistema de competición: 32 atletas en una ronda de clasificación de tres saltos para seleccionar a las 12 finalistas por los 12 mejores saltos o habiendo pasado una marca exigente. Final con tres intentos para todas y tres más para las ocho mejores. Gana la mejor marca de la serie.
Principales rivales: Malaika Mihambo (Alemania), Tara Davis, Quuanesha Burks, Jasmine Moore (Estados Unidos), Ivana Spanovic (Serbia), Larissa Iapichino (Italia), Hilary Kpatcha (Francia).
¿Cómo llegas al atletismo?
La casa de mis padres está encima del cauce del río Turia, da prácticamente a las pistas, y paseando por allí vi un montón de niños. La escuela de Valencia era de las que tenían más alumnos de Europa. Y ver toda la energía me llamó bastante. Mis padres siempre nos inculcaron que había que estudiar y hacer un deporte. Me apuntaron y así empecé yo.
En 2014, con solo 17 años, fuiste campeona de España absoluta en longitud y 60 metros.
Yo no muestro demasiado mis emociones, y fue como: '¡Qué guay! ¡He ganado una longitud y un 60 metros!'. En ese momento no era consciente de lo que había conseguido.
¿Sentiste que despertabas muchas expectativas a partir de entonces?
Rafa [Blanquer] siempre nos mantenía con los pies en la tierra. Y sí, has ganado, lo celebramos. Pero teníamos claro que el camino era muy largo. No fue algo que me subiera de nivel. Rafa es muy de no quemar etapas y cada uno tiene la suya. Ese año había Mundial y no fui porque no me tocaba, era pequeña. Igual me habría quemado y no estaría aquí.
La paradoja de Yassine Ouhdadi en París 2024.
Ese año ya fue duro: me hice daño en la rodilla, me rompí el cuádriceps y no tenía la mentalidad de ir a Tokio. Me recuperé dos semanas antes del Campeonato de España, igualé mi marca personal, y en Castellón salió ese salto, pero era una época en que estaba más hacia abajo que hacia arriba. Fue a la vez duro y gratificante. A los Juegos llegué fuera de forma. Me dejó triste, pero no hay que ser injusto con una misma, porque no llevaba entreno encima para estar en esa final olímpica.
Y te planteaste dejarlo.
El atletismo ya no me aportaba valores y pasaba más tiempo triste que feliz. No me aportaba nada, sentía vacío, ¿por qué hacer algo con lo que no disfruto, que me genera ansiedad, estrés? Estamos en una vida en la que todo es felicidad y no puedes seguir con eso.
¿Qué te hace seguir?
Mis padres decían que si no me hacía feliz no siguiese, que probase a cambiar de ambiente, de grupo. Y Ana [Peleteiro], que era mi compañera de habitación, me decía que tenía que ir a entrenar con ella y yo le respondía que estaría con Rafa hasta que me retirara, pero me convenció de que probara con Iván, que ya me había visto en otras competiciones porque era el responsable de saltos. Hablé con él y me dijo que explicara muy bien a Rafa por qué me iba. Para él fue duro, después de volver a unos Juegos que me fuera, no fue agradable, pero él lo entendió y fue como que me iba de Erasmus y volvería [risas].
Una decisión tajante.
Fue el momento de mayor dificultad de mi carrera. Dejé mi casa, a mi familia, a mi antiguo entrenador. Era seguir con el atletismo o dejarlo, y estaba más por dejarlo. Dar ese paso fue un golpe de realidad muy duro para mí, y entrenar con Iván era muy diferente a lo que estaba acostumbrada.
¿Qué ha cambiado con Iván Pedroso?
Me ha cambiado la vida entera. Guadalajara no tiene nada que ver con Valencia, y el grupo tampoco. Yo entrenaba con niñas. Iván y Rafa son completamente diferentes en su forma de ver las cosas. Me ha cambiado la técnica, la carrera, la forma de correr. Estoy contenta, feliz y confío en el proceso.
¿En qué son diferentes?
Son dos entrenamientos completamente diferentes. Con Rafa doblaba mañana y tarde y hacía muchas series. Con Iván no doblo y no hago tantas.
Has dicho que hasta que llegó Iván Pedroso no confiabas tanto en ti misma…
Me generaba a mí misma unas expectativas que no conseguía. Me daba bajona, y en la siguiente competición me estresaba y no me dejaba saltar, y eso me generaba lesiones.
¿Cuál es el método de Iván?
Iván es la mentalidad. Siempre me dice que estoy en forma, pero había un nivel en el coco por el que no me veía arriba, y él me decía que podía, que era como ellas, que podía conseguirlo. Conmigo, Iván es coco total. Mi medalla de Glasgow fue un 60% de él. Te quita todo el peso de encima porque llegas a entrenar y haces lo que él diga, no tienes que pensar nada.
¿Cómo llevas la presión?
La presión tiene su lado bueno y su lado malo. Si te presionas demasiado, te hundes, dejas de confiar en ti misma, te decepcionas a ti y a tu entorno. Antes era un castigo ir a competir y entrenar. Ahora, cuando me presiono, disfruto. La uso para subirme la autoestima y para dar lo mejor de mí.
Y llegas al Mundial de Glasgow y sacas el bronce.
Yo me sentía bien, como todos los años, había entrenado mejor, estaba mejor de fuerza y no me presioné nada. Iván me dijo: “En esta competición vamos a disfrutar, vas a correr y saltar y no te voy a decir nada de técnica. Corre rápido y salta”. Y la palabra ‘disfrutar’ me hizo cambiar el chip. Siempre tengo miedo de hacer el primero nulo. Las clasificaciones son lo más perro que hay, y no hice el primero nulo y te vienes arriba, y pasé a los últimos tres saltos y me salió en el quinto. Iván me dijo: '¿Ves como puedes? No dudaba de ti en ningún momento'.
¿Y no te dijo nada en toda la competición?
Me daba tips técnicos. No me dijo: 'Ale, tú sola' [risas], pero no como en otras competiciones: que si el péndulo, el brazo, porque sabe que eso me aturulla. Disfruté, corrí, salté y quedé tercera.
El bronce paralímpico de Álvaro del Amo en París.
El último día de pesas, el domingo, me quedé clavada haciendo una cargada. No me podía mover. Me dijeron que igual tenía tocado el disco y la vértebra L5. Me dieron analgésicos, pero no podía estar más de diez minutos sentada y de pie tenía mucho dolor. Estaba allí y no me iba a rendir. La clasificación me costó, la tarima flotante no le iba bien a mi espalda, e hice 6,70 m a la tercera, pero esa noche fue horrible. En la final corrí muy bien, pero no podía batir. Y te mentiría si te dijera que estoy contenta porque los nulos eran largos, de 6,90 o 7 metros [terminó con 6,69 m]. Me dolía la espalda, pero podía.
¿Qué falta para los 7 metros?
Un poco de suerte. Lo tengo todo. La medalla me ha dado más confianza para pensar que estoy ahí, que no tendré miedo. Y cuando compites, te frenas para no hacer nulo. Técnicamente no te sale igual. Me gusta estar muy encima de la tabla, no verme lejos, y me salen nulos. Me falta pillar uno que no lo sea.
¿A quién temes más?
Cualquiera que pase a la final puede saltar. En Glasgow, todas venían de saltar 6,70, 6,80, y yo había hecho 6,69. Los nulos eran largos, pero nulos: cuando yo salté 78 las de atrás tenían 76, 77. Cuando salté ni lo celebré porque cualquiera podía superarme. Todo está en un puñado y las calificaciones son horribles.
¿En qué saltadora te fijas más?
Siempre he tenido de referencia a Niurka [Montalvo], desde pequeña. Ella venía a vernos entrenar de vez en cuando, y dos o tres días antes de Tokio vino a entrenar conmigo. Ha sido una persona que he tenido cerca desde siempre, y técnicamente éramos muy parecidas. Luego también Concha [Montaner] e Ivana Spanovic [ahora llamada Vuleta, campeona mundial], que me parece brutal.
Tienes más de medio millón de seguidores en Instagram, más que Ana Peleteiro, y sin embargo no eres nada activa en las redes sociales.
Paso bastante de redes sociales. Ana trabaja con ello. Yo, cuando quiero, subo algo, pero no por obligación. Vivo mi vida, subo lo que quiero. Es algo que va con mi carácter. Como deportista me podría salir alguna campaña más, pero saben que soy así, que no uso mucho las redes.
¿Firmas el bronce en París o vas a por más?
Claro que lo firmo, sería un sueño.
Entrevista: Ismael Pérez
Dirección: Jordi Martínez e Iván Iglesias
Fotografía: Ana Ruiz
Asistente de fotografía: Idoia Vitas
Grabación de vídeo: Toni Rubio y Diego Rueda
Edición de vídeo: Toni Rubio
Producción: Ismael Pérez y Joaquín Gasca
Maquillaje y peluquería: Laura Gamero
Dirección de arte: Maria Jesús Bocanegra
Ropa: Adidas
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).